miércoles, 23 de marzo de 2016

Charles Larmore

Los significados de la Libertad Política


Esta entrada del blog está dedicada a resumir las ideas principales que el filósofo político Charles Larmore trata en el séptimo capítulo de su obra The Autonomy of Morality, titulado The meanings of Political Freedom y que he traducido como "Los significados de la Libertad Política". En esas páginas Larmore se dedica a analizar algunos significados que puede tener eso que llamamos 'libertad', qué consecuencias tiene cada concepción y cuáles son sus ventajas y desventajas, entre otras cosas. En general, Larmore se basa en la concepción de la libertad heredada de la tradición republicana y representada por 4 autores neo-republicanos como son Philip Pettit, Quentin Skinner, Maurizio Viroli y Jean-Fabien Spitz. Sin embargo, a través del capítulo constantemente va a estar comparando esta concepción de la libertad con otra que define como "no-interferencia".

Para empezar, los autores neo-republicanos ya citados entienden la libertad como "no-dominación", es decir, libertad significa no estar bajo la dominación de otros. Esta es una concepción negativa de la libertad que consiste más en una condición que en el ejercicio de una capacidad. Aun y todo, entender la libertad como no-dominación supone que haya leyes e instituciones que aseguren ese estado. Así, las leyes van a ser vistas positivamente, ya que posibilitan la libertad, al igual que el estado, visto como garante de esas leyes y otras instituciones. El estado natural de cosas produce desigualdades y concentraciones de poder y las leyes, por tanto, no son vistas como coartadoras de la libertad individual, sino como medios para librar a los ciudadanos de las tiranías del estado natural. Esta concepción aparece así relacionada con la democracia, ya que ésta sería también un medio para lograr esa no-dominación. Y es que además de esa libertad negativa, se promueve una cierta libertad positiva entendida como participación ciudadana en la democracia y ejercicio de ciertas virtudes políticas que garanticen unas leyes e instituciones justas que cumplan el objetivo de cuidar de la libertad de los ciudadanos. Esto no debe impedir, no obstante, que existan diferentes posibilidades de vida buena.

Por otra parte, autores como Berlin o los utilitaristas entienden la libertad como "no-interferencia". La libertad consiste en la falta de obstáculos a lo que uno quiere hacer. En resumidas cuentas, se trata también de una visión negativa de libertad, con la diferencia de la concepción recién expuesta de que las leyes y el estado son considerados de manera negativa. Las leyes obstaculizan lo que los individuos quieren hacer y atentan, por tanto, contra la libertad de estos. Asimismo, el estado, al ser el que garantiza las leyes, también es visto como coartador de la libertad y es promovido el estado mínimo, solo defendido para evitar mayores pérdidas de libertad. No hay en esta concepción (en general) ninguna apelación a la participación ciudadana en la democracia.

Larmore, por su parte, aun sintiéndose más cercano a la tradición neo-republicana, matiza ambas posiciones. Según él, la libertad no puede entenderse como no-interferencia, ya que se darían muchas injusticias y contradicciones (nada obstaculizaría, por ejemplo, el ejercicio de la libertad de alguien que quiere ocupar una propiedad privada) y propone la distinción entre coacciones dañinas y condiciones de posibilidad. Es decir, existen interferencias que no serían dañinas, sino que posibilitarían el ejercicio de la libertad (como por ejemplo, las leyes). A los neo-republicanos, sin embargo, critica que entiendan la libertad solo como no-dominación, pues Larmore acepta que es innegable que las leyes sí restringen de alguna manera la libertad de los individuos o que, como mínimo, aceptando el pluralismo, pueden existir individuos que vean las leyes de esta manera desde cierta concepción de la libertad (libertad como no-interferencia, por ejemplo). Por último, critica ambas posiciones por dar una importancia fundamental al valor de la libertad, mientras que Larmore entiende que el valor fundamental no tiene que ser la libertad, sino el respeto por las personas.

Para terminar, Larmore aclara que la oposición que los neo-republicanos creen ver entre su pensamiento y el de los liberales no es tal. Pettit interpreta que su pensamiento se opone al liberalismo porque el liberalismo interpreta la libertad como no-interferencia, en contraposición a su concepción de la libertad como no-dominación. Larmore aclara que esta identificación entre el liberalismo y la no-interferencia no es justa y que dentro del liberalismo existen autores que definen la libertad como no-interferencia (Hobbes, Berlin y los utilitaristas, por ejemplo), mientras que otros autores igualmente liberales entienden la libertad como no-dominación (tales como Locke o Constante). Por otra parte, Larmore entiende que en el fondo del pensamiento de Pettit está la idea del respeto por las personas, central en el liberalismo y que lo situaría dentro de esta doctrina contra la que él cree oponerse.


En conclusión, Larmore entiende la libertad como compuesta por diferentes valores y acepta el pluralismo, si bien reivindica un núcleo común a todas las diferentes concepciones de libertad y vida buena. Ese núcleo común estaría compuesto por el valor cardinal del respeto, y no por el de la libertad. Y es que, como se puede leer en las últimas líneas del capítulo, "la libertad política, si tiene que tener una forma a la que hoy en día daríamos la bienvenida, debe tener relación con la obligación de respetarnos unos a otros".